domingo, 1 de mayo de 2011

Las cadenas del hombre



No sentir nuevas cadenas. Mientras no sentimos que dependemos de algo, nos tenemos por independientes: un razonamiento falso que muestra cuán orgulloso y ansioso de poder es el hombre. Pues admite aquí que bajo cualquier circunstancia debe advertir y reconocer, en cuanto la sufre, la dependencia, bajo el supuesto de que habitualmente vive en la independencia y, tan pronto la pierda excepcionalmente, notará un contraste del sentimiento. Pero, ¿y si fuera verdad lo contrario: que siempre vive en múltiple dependencia, pero se tiene por libre cuando por hábito prolongado ya no nota la opresión de la cadena? Sólo las cadenas nuevas le hacen sufrir: libertad de la voluntad no significa propiamente hablando nada más que no sentir nuevas cadenas.”


(Friedrich Nietzsche, El caminante y su sombra, punto 10. Edición de Editorial Gredos, Biblioteca de Grandes Pensadores, Madrid 2009)






En un día tan tradicional y simbólico como el Uno de Mayo, no está de más meditar con un pensamiento alejado del activismo de calle y de salón. Algo que va más allá de las formas y que ayuda a desentrañar fondos. Si la clave del libre albedrío reside en no percibir la gravedad de lo que nos sujeta y nos esclaviza, ¿qué esperanzas podremos concebir de llegar a ser libres? Dejar a la sensación o a su ausencia la conciencia de nuestra libertad es una vana ilusión. O rendirnos a otras fuerzas sin presentar batalla. Pero hoy sucede que todo el mundo sabe (tiene conciencia) de su condición dependiente. Como cree y acepta que es una condición sine qua non e imposible de sortear, divide su existencia entre lo inevitable y lo que piensa que es otro tiempo donde el hombre se manifiesta libre. Pero este tiempo acaso no existe, porque todo, cualquier tipo de actividad donde fluya un trueque, son cadenas. Y tiene razón Nietzsche: el hombre se ha habituado a las ataduras conocidas y sólo las nuevas le sorprenden y le desbordan. ¿No habrá destino liberador para el hombre? ¿Toda aspiración se limita a la percepción de lo vano?  




(Imágenes. Las dos primeras fotografías pertenecen al blog http://presenciadeespiritu.blogspot.com/)


 

9 comentarios:

  1. Nada como el frío razonamiento para advertir la realidad de las palabras de Nietzsche, gran precursor de gran parte de la actual forma de pensar/sentir de muchos. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Vivimos en una sociedad interdependiente, donde la total libertad (palabra abstracta indefinida y pienso que indefinible) no es posible en ese sentido. Pero si en vez de dependencia hablamos de sociedad igualitaria, quitando a la palabra su poder de graduación o separación clasista, cambia el contexto, y nos vemos ante una organización basada en la solidaridad de los miembros. La falta de libertad sigue siendo la misma, pero las cadenas son diferentes.
    Salu, y un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. La libertad en un sentido primario deja de ser una abstracción si se pone en relación con un objeto concreto: es la posibilidad de hacer -o no hacer- algo sin impedimentos. Por poner un ejemplo radical, la libertad de matar. Pero claro, la mera posibilidad no es prescriptiva y sólo una intención -desde mi deseo o mi necesidad- me llevará a realizar esa libertad en potencia. Entonces, la libertad para el sujeto humano es equivalente a la satisfación de sus deseos (o necesidades) sin impedimentos. El problema es que el sujeto humano no existe en la soledad de su imaginación, sino que existe en relación a otros sujetos con sus propios deseos -además del medio "físico" con recursos limitados-, lo cual da lugar a conflictos de índole muy diversa. Ahí empieza la necesidad de una reflexión ética que nos permita superar el primitivismo de la fuerza bruta como solución a los conflictos intersubjetivos... podríamos hablar de una fundamentación ética de la libertad, entonces de libertad humana, o de una libertad exenta o bruta... y así.

    Saludos :)

    ResponderEliminar
  4. Una corrección, ponía como ejemplo radical sobre la libertad de matar a otro humán, el asesinato. Aunque bueno, la libertad de matar, así sin más, (por ejemplo de matar animales para alimentarnos) también podría valer; pero pierde radicalidad...

    ResponderEliminar
  5. Así lo veo yo, también, Emejota, aunque haya sido manipulado, utilizado o incomprendido, sigue teniendo la virtud de la resistencia, la claridad y la no dejación del pensamiento libre.

    Lectura obligada y recurrente, pues. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Carlos. La libertad, en su calidad absoluta, jamás será posible, probablemente. Pero es un elemento que la humanidad, según en qué zonas del planeta y cómo, ha ido introduciendo, conquistando y armonizando con las necesidades interdependientes. El gran reto siempre es armonizar la libertad personal con las reglas del juego colectivo. Desde luego que sin avanzar igualitariamente -desarrollo, reparto de riqueza, etc.- ni la interdependencia genera satisfacción al Ser de cada cual ni se consolida el margen de libertad individual imprescindible.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. La posibilidad de hacer y/o no hacer algo sin límites es la clave, Perihelio. Y por eso equilibrar la tendencia de libertad personal con una aceptación y transformación permanente de las reglas del juego social es un desafío. Cuando o no existe libertad o los medios que se aplican para hacerla efectiva se quedan viejos o retroceden, es cuando el individuo se rebela, estalla y exige incluso el caos. En la soledad imaginaria del individuo puede existir el sujeto, pero siempre como deseo, como aspiración, lo cual resulta frustrante. En ese sentido, las relaciones establecidas entre humanos para satisfacer necesidades biológicas y de convivencia son siempre quebradizas. O se cambia, más o menos permanentemente, o se reprime, con todas las consecuencias nefastas subsiguientes. Las normas establecidas desde antiguo para regular comportamientos, usos, esfuerzos, etc. debe revisarse y adaptarse permanentemente, o de lo contrario se suscita una compresión peligrosa. ¿Se puede avanzar en una ética, como dices, sin transformar las relaciones de poder, de producción, de propiedad? Tengo dudas del alcance de esa nueva moral si no se cuestiona el fondo. O acaso ese primitivismo acendrado sea imposible de erradicar.

    Salud siempre.

    ResponderEliminar
  8. me ha hecho usted rememorar a Friedrich Nietzsche, un pensador que tenía más olvidado que mis primeras lecciones sobre la tabla de multiplicar. Preciosas palabras que incitan a pensasr...

    Bueno, ante la profundidad de pensamiento leída aquí entre quien escribe y quien opina, no me queda más remedio que mostrar un poco de simpleza en el como yo entiendo la libertad.

    Para mí la libertad es una batalla en conseguir paulatinamente eliminar la mayoría de condicionamientos simples que me hacen tomar decisiones. Para empezar he dejado de ver televisión en casa. creo que es uno de los principales manipuladores de mi conducta ya que no utiliza razonamientos para intentar que individualmente una persona tome decisiones. La publicidad, los razonamientos manipulados y fáciles consiguen convencer rápidamente a quienes no dedicamos el suficiente tempo a la reflexión sobre todas las cosas que nos rodean.
    Por otro lado entiendo la libertad como una cualidad que jamás se puede valorar independientemente de la igualdad entre individuos. Si analizamos las sociedades como están estructuradas hoy mismo, donde fronteras, desequilibrios justificados entre naciones y donde una simple patera no es considerada como un drama humano, sino como un problema de recursos desviados a su atención y repatriación, no creo que la igualdad llegue nunca a nuestra conciencia, por lo que se desvirtua el plantearse la libertad del individuo de una manera tan profunda.
    Yo me tengo por un poco ingenuo y bastante simple. Se me escapa la calidad de algún razonamiento por aquí leído. Pero el texto que plantea el filósofo y las reflexiones que plantea usted me parecen tan acertadas que ahora me tengo que plantear el dedicar un poco más de tiempo a reflexionar sobre los condicionantes que me acechan y los que yo mismo he generado desde que empecé a educar en un modelo determinado de sociedad como este.
    Gracias por esta refrescante entrada y gracias por hacerme reflexionar de nuevo. La libertad para mí, seguirá siendo esa lucha por ir eliminando esos condicionantes superfluos.

    ResponderEliminar
  9. Pigmalión, disculpa la tardanza en mi acuse de recibo. Y digo acuse porque tus palabras son tan matizadas que poco puedo añadir. Dices que tenías olvidado al filósofo alemán; yo no es que lo tuviera olvidado, es que apenas había entrado en su pensamiento. Y ahora que rozo levemente la hondura y complejidad de sus criterios, me siento sobrecargado por su obra ingente y abrumadora. Seguiré tanteando tras Nietzsche, aun sabiendo que no lograré avanzar demasiado en su espesura. Qué lo vamos a hacer.

    Aun cuando el tema de la libertad sea algo que nos supera, coincido contigo en que hay que tomar medidas, disposiciones o eliminación de límites, porque creo que existe en esto de la libertad, como en todo lo que perseguimos los humanos, diferentes planos, distintas percepciones, paralelismos varios. Eliminando algún tipo de condicionamientos más próximo estoy de acuerdo en que rescataremos como poco tiempo, como más una dedicación más creativa, como mucho una disciplina y orden para los sistemas de conocimiento que nos propongamos. Los ejemplos que citas yo procuro también dejarlos de lado para que no me interfieran. Bastante enojo e indignación me causan como para dejarme influir.

    Y por otra parte, en lo referente a la libertad reconocida -política, leyes, derechos humanos- es obvio que si no hay desarrollo e igualdad de posibilidades en el interior de las sociedades humanas tampoco la libertad y su estándar por excelencia, la Democracia, es factible. Y ojo con las posibilidades del retraimiento en nuestras sociedades de estos elementos que habíamos logrado hacer avanzar. No hay más que ver por dónde quieren que vayan los tiros.

    Agradezco tu paso por este blog. Su pretensión no es tener razón, ni pontificar (aunque a veces uno asevere con contundencia presuntuosa, pero seguro que errada) ni pretender tocar cielos dialécticos. Sí hay algo de juego verbal, sí otro tanto pulso de ideas, más o menos inconexas. Pero si el espíritu del blog se percibe oxigenado y abierto, nada que temer. No se ofrece ni salvación ni condenación. Sólo tránsito llevadero. Un saludo cordial. Cuando quieras.

    ResponderEliminar