miércoles, 26 de enero de 2011

Pablo Serrano y el ser




“Es posible contar con el espacio infinito.
Es posible sentir la realidad de la calle donde la vida es acción, velocidad.
Pero existe un punto en el silencio, estático, inmóvil, que cuenta en el tiempo. Es el ser.
Él está más allá de la realidad y la vida.
Es la soledad frente a la incógnita”


(Texto del escultor Pablo Serrano)


Tiempo y realidad física. Desafío mutuo. La pureza del ser en su vaciedad se ve alterada cuando el medio quiere estar al servicio del hombre. ¿Quiere estar o pretende dominarlo? A base de ocupar intensa y agitadamente el medio exterior el  hombre se convierte también en agente exterior. Riesgo de la pérdida de su referencia innata. Entrega de una esencia puesta a disposición de la inclemencia exigente del entorno. Planteamiento dudoso: el hombre genera realidades físicas para garantizar seguridades y potencias. Lo que parece en principio razonable y necesario se convierte en una espiral insensata. La tiranía del medio, exultante de objetos, capaz de reconvertir cada comportamiento, acto y relación en cosa, pellizca al hombre hasta desproveerlo de su sentido. El sentido o es el ser o es la nada. Tan alienante es la acumulación de objetos que limitan y describen al hombre como la nada, su abandono, el olvido del ser. Pero el ser no muere aunque el hombre no tenga conciencia del mismo. El ser se agazapa en la espera silente. La forma más perfecta de la soledad y de la incógnita. Tiene que elegir entre ambas. O tratar de armonizarlas en el hábitat personal, profundo. Sin que la cosificación nuble el objetivo. Respirar la vida no es suficiente. Hay que palpar permanentemente el aire de la conciencia. Preguntar cada día a la esfinge y desmontar sus trucos. Puede que una incógnita nos conduzca a otra. Será válido. El conocimiento no tiene fin. Lo habita el ser, siempre en territorios ignotos. Más allá de la apariencia inmediata.


6 comentarios:

  1. ¿Es habitable el conocimiento, incluso más allá de la apariencia inmediata?
    Saludos

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  2. ¡Cuánta resonancia en tu entrada! Desde la alienación heideggeriana del olvido del Ser hasta la venganza del objeto de Baudrillard, pasando por reflexiones como las de Perèc en su "Las cosas". Supongo que es una llamada a recuperar el extrañamiento ante el hecho bruto de existir. Es un tema muy complejo eso del existir del hombre, porque desde nuestra tradición filosófica implica pensar desde ciertos pares de opuestos (o correlacionados o algo) que no están muy claros: interior/exterior, esencia/apariencia &c.

    Creo que existo siempre en situación, en relación dialógica con otros sintientes, sin abstracciones que lo impidan como el término neutro 'Ser'. Y es en el encuentro donde hallo la inmanencia muda del misterio, el encantamiento de existir concretamente (diría también en el encuentro con uno mismo, si es que eso tiene algún sentido dicho así). Tal vez, podríamos cambiar la idea de 'olvido del Ser' por la idea de 'olvido del Otro'. No sé, no sé.

    Disculpa si me he desviado mucho del tema...

    Saludos! :)

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  3. Ataúlfa. El conocimiento es habitable, pero con frecuencia se queda en visitable, si me permites el juego de matices.

    ¿Qué importancia le das a la apariencia?

    Saludos.

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  4. Precesión. Muy interesantes tus puntos de vista. Porque la opinión, o la visión, o el enjuiciamiento, o la argumentación, como desees llamar al proceso de desarrollar el pensamiento con palabras -aunque tienen sus matices diferenciadores- es siempre plural. La realidad no es aprehensible desde un ángulo, porque en sí tiene tantos, ni en un instante detenido, porque nunca para. Tal vez ese silencio, ese instante, esa quietud de las que habla el artista, al revelarse como una percepción subjetiva del individuo resulte más una ficción o se trate del llamado punto de inflexión que suele darse con más frecuencia de lo que pensamos en nuestra vida cotidiana. ¿Qué es un suspiro, sino la expresión sensorial de un detenimiento cargado del Yo? ¿Una capacidad reflexiva que se salta las palabras y por lo tanto el pensamiento?

    Claro que el tema de la existencia humana -que otros se limitan a considerarlo misterio y enigma y renuncian a indagar más, lo cual da base a magias y religiones, pienso- es antiguo y obsesivo. Pero creo que hoy va por otros derroteros. No digo que haya dejado de generar la angustia filosófica que siempre generó, pero yo al menos me he acostumbrado a la angustia, la he aceptado como parte del método y probablemente de la esencia y vorágine de su misma condición. Es algo homeopático, digamos comparando, aplico la medicina del mismo “mal” para afrontar éste, y no me destruye, sino que me da alimento y reservas para asumir este llamado destino en el que estamos metidos como especie. Pero esto es personal y puede que en otros no funcione. Lo bueno del pensamiento es que mantiene dos líneas siempre: piensas para ti, sin obligar a otros, y compartes pensamientos más circulantes con los demás. Esto sin tocar lo onírico, que es otra cosa, pero tiene que ver también.

    Que las tradiciones filosóficas siguen pesando, es indudable. Que pensar en opuestos o complementarios sigue estando en vigor, desde luego. Es una percepción sencilla que cualquier individuo va comprobando desde niño. Son expresiones de la dinámica en que nos movemos y no sé si son más válidas para la mera prospección filosófica o para la psicología.

    Sigo pensando ese segundo párrafo tuyo en el que dices que piensas en situación dialógica, etc. Los “sintientes” (me gusta esa palabra salvaje) están fuera y dentro. Y lo exterior se proyecta sobre nosotros y sobre el otro Yo. ¿Será que hay siempre un juego a tres bandas? Sigo pensando lo del olvido del Ser y el olvido del Otro. Y de qué manera ambos olvidos nos reclaman.

    Pasa cuando quieras, son bienvenidos tus criterios. Salud.

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  5. Interesante tu respuesta y el juego de matices propuesto.
    En cuanto a la pregunta que me haces...A la apariencia le doy la importancia justa, ni más ni menos. Muchas veces la apariencia es una máscara o un conjunto de ellas. Por lo tanto, con lo que aparentemente me parece una cosa e intuyo que es otra lo que hago es buscar y preguntarme por lo oculto. La apariencia es superficie, el plástico en el que se envuelve la esencia. Hay que buscar detrás, aunque haya quedado muy kantiano.

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  6. Pero la apriencia es una conducta, no lo olvides, a la que no nos resulta fácil escapar. Algunos habitan en ella como la pura y única realidad.

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